En duda queda el futuro de los perros de la reina Isabel II; dejó cinco canes
Este jueves 8 de septiembre Reino Unido perdió a la reina Isabel II, que estuvo 70 años al frente de la corona, murió pacíficamente en el Castillo de Balmoral, en Escocia, donde a ella le encantaba pasar sus vacaciones.
Ahora el cuerpo debe ser trasladado a Londres para así empezar el proceso del funeral y los 10 días de luto que su nación pasará al perder a su soberana. A raíz de este suceso, empiezan a aflorar las curiosidades sobre su vida.
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Más allá de su gran pasión por los caballos, Elizabeth siempre tuvo un amor especial por los perros, especialmente de la raza Corgi. Durante sus años de vida alcanzó a tener 30 de estos canes, con los que pasaba su tiempo libre y a los que cuidaba con gran cariño, especialmente luego de que murió Felipe de Edimburgo, su esposo, quien perdió la vida en abril del año pasado.
¿Cómo llegaron los corgi a su vida?
Cuando ‘Lilibet’, como le decían sus familiares, cumplió los 18 años, sus padres, el entonces rey Jorge VI e Isabel Bowes-Lyon, le regalaron su primer cachorro, al que nombraron Susan. Tan especial era esta mascota en su vida que cuando se casó en 1947, con Felipe de Grecia, se llevó al perro a su luna de miel, así lo evidencian varias fotos.
La raza corgi es una de las más antiguas en Inglaterra y tiene un gran significado para la familia real. Luego de que Vulcan y Willow murieran en 2020 y 2018 respectivamente, hasta su muerte, la reina Isabel II solo estaba acompañada de la corgi llamada Candy y una cocker spaniel inglesa, de nombre Lissy.
Los corgis son destacados por ser perros de orejas cortas, tronco alargado, cuerpo y patas pequeñas, sin embargo, las últimas mascotas de la reina Isabel fueron una mezcla entre la raza de los perros de su hermana, la princesa Margarita, de raza dachshund, conocidos popularmente como “salchicha”.
Esta tradición de perros en la familia Windsor empezó cuando Jorge VI presentó por primera vez a Dookie, el primer perro de sus dos hijas, Elizabeth y Margaret en 1933.
Además de estar acompañada por sus mascotas en momentos importantes como su luna de miel, la antigua soberana también tuvo a sus perros en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.
Durante el confinamiento, la reina Isabel II se mudó al castillo de Windsor, se llevó a uno de sus corgis, después de todo, estas mascotas siempre demostraron su lealtad, una perfecta compañía para ella por casi un siglo, tanto así que es una imagen icónica para los británicos, su reina y sus mascotas.
¿Qué pasará con los perros de la reina?
Además de Candy y Lissy, la reina antes de morir tenía otro cocker spaniel y otros dos corgi, Muick y Sandy, algo que muchos se preguntan en estos momentos es quién cuidará de los canes ahora que ella ha pasado a mejor vida.
De momento no se ha comunicado oficialmente quién se encargará de los cinco perros, expertos en la Casa Real opinan que pasarán a alguno de sus hijos u otros familiares cercanos.
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“Imagino que los perros serán cuidados por la familia, probablemente por el príncipe Andrés, ya que es él quien se los regaló”, opina Penny Junor, la autora especialista, a Newsweek. También comenta que los perros podrían ser cuidados por el personal de la reina, que siempre cuidaron de ella y de ellos.
“El cuidado de los perros ha recaído a veces en el personal de servicio, pero sobre todo en la modista, asistente y mano derecha de confianza de Isabel II, Angela Kelly, y en su paje de igual confianza desde hace muchos años, Paul Whybrew. A quien se vio paseando con la reina y los perros en el sketch rodado junto a James Bond”, explica la escritora en su libro de 2018 ‘All the Queen’s Corgis’.