Universidad Nacional recibe 20 estudiantes, víctimas del conflicto, en carreras enfocadas en salud
La Universidad Nacional tiene un programa de admisión específico para estudiantes de los territorios más golpeados por la guerra en Colombia. Se busca que los jóvenes de estas zonas tengan acceso a educación universitaria y por eso, este semestre, empezó el primer grupo de 20 ‘primíparos’ (estudiantes nuevos), quienes estudiarán carreras del área de la salud y que dejaron sus poblaciones en el sur de Córdoba con el claro objetivo de aportar más adelante al crecimiento, desarrollo y progreso, no solo de sus territorios sino del país.
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Esta bienvenida a clase y a un nuevo semestre en la facultad de medicina de la UNAL cobija a un grupo único: estudiantes del primer programa de admisión especial con enfoque territorial (PAET), es decir, jóvenes de zonas de conflicto.
José Fernando Galván, decano de la facultad de medicina de la UNAL, dijo en este medio en vivo
que “es el programa que lanzamos en la facultad de medicina para beneficiar en principio estudiantes provenientes de las zonas más afectadas por la violencia en Colombia. En este caso, decidimos, por algunas circunstancias, empezar con la zona Pedet y el sur de Córdoba, con los cinco municipios que son Montelíbano, Tierra Alta, Valencia, Puerto Libertador y San José de Uré”.
“Hace un año venía intentando entrar a la universidad”
Son, en total, 20 estudiantes entre 17 y 25 años: 11 mujeres y 9 hombres. Seis estudiarán nutrición, cuatro fisioterapia y diez medicina, como Keren Ortega, que trajo sus sueños desde Tierra Alta a “la nevera”, como ellos llaman a la capital de Colombia: “Hace un año, he venido intentando ingresar a una universidad pública, entonces ha sido esfuerzo por parte de mis padres y el estar hoy aquí es una oportunidad. Sé que mis papás están orgullosos”.
Uno de sus compañeros es Juan Andrés Osorio, que dejó en Montelíbano a su mama y cuatro hermanos, con el anhelo de convertirse en un gran profesional. “Empezar una carrera tan exigente sabemos que es algo demandante, de compromiso y disciplina, pero estamos con toda la actitud”.
Todos son egresados de colegios públicos y compitieron con 200 aspirantes más de la región para obtener un cupo. Llegaron a Bogotá a enfrentar un desafío académico. Por eso, la universidad, donantes y amigos del programa los han abrigado.
“Los hemos estado acompañando desde un mes antes del ingreso. Al principio con talleres virtuales, conferencias virtuales y después acompañamiento en la sede, mostrándoles qué es Bogotá porque muchos ni siquiera habían venido a Bogotá”, dijo el decano.
Por otra parte, Galván señaló que, además de la formación de los profesionales, el programa incluye “telemedicina y es el apoyo con medicina especializada y súper especializada, desde el Hospital Universitario Nacional de Colombia, hacia el hospital de Montelíbano. También está la teleeducación, la cual implica que nosotros desde la facultad vamos a capacitar a funcionarios y trabajadores de los hospitales locales. La cuarta parte es una línea que vamos a desarrollar para entregarles a los profesores de la educación media y a los estudiantes herramientas para que puedan formarse mejor”.
Están viviendo en una misma casa pagada por la Alcaldía de Montelíbano, tienen una persona que les cocina y algunos han recibido bicicletas para moverse hasta la universidad. Sin duda, lo que más los mueve es la alegría de estudiar y saber que la violencia no les robó esa oportunidad.
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